Funus Inopinatum (I)
Me dirigía a la guarida de Raymond, recorriendo, en la oscuridad de una noche cualquiera, el perverso callejón que atravesaba los viciosos antros nocturnos que sombreaban de lujuriosa inmoralidad las siluetas de aquellos ardientes y libertinos transeúntes cuando me tropecé con un tipo pasado de tragos y con aspecto de rata. «La vida es una…
Le château: Black and White (IX)
Aquel corte sanguinario y profundo produjo un seísmo catastrófico en todo mi organismo y empecé a convulsionar hasta expulsar por mi tórax una encolerizada figurilla humana. Era un ser diminuto que se exhibía desnudo con aspecto de diablillo. Su cuerpo, famélico y ridículo, se fue elevando hasta alcanzar una altura en la que me era…
Le château: Black and White (VIII)
Mientras ideaba una excusa concisa que gozara de una credibilidad lo suficientemente razonable para que convenciera a Julie y, que, además, me permitiera una digna huida a alguna parte para poder cobijarme bajo el amparo de una confortable estabilidad emocional, fui testigo directo de cómo, inexplicablemente, Julie iba adquiriendo una exagerada excitación por culpa de…
Le château: Black and White (VII)
Lentamente fuimos sumergiendo entre sorbo y sorbo una larga conversación, calmando las exaltadas emociones y amansando los agitados recuerdos que, durante tantos años, permanecieron ocultos en algún lugar indeterminado de nuestras mentes o de nuestros corazones o, tal vez, intencionadamente les hicimos prisioneros de nuestras oscuridades, sentenciándolos a vagar por el tormentoso flujo sombrío de…
Le château: Black and White (VI)
Ajena a mi presencia, Julie revoleteaba entre platos y cacerolas, revisando y controlando que todo aquel paraíso culinario cumpliera con su exigente misión: satisfacer los estómagos de sus honorables huéspedes. Entretenida observando a escondidas la ajetreada actividad de aquella cocina, me sentí descubierta por una sorprendente reflexión… «Hay una verdad para cada caso, ¿no cree?»…
Le château: Black and White (V)
Ensimismada en mis comparativas de mobiliario, me olvidé de mi simpático recepcionista hindú, que, con el grueso libro de reservas extendido sobre el pulcro mostrador y luciendo una amplia y exuberante sonrisa en la que dejaba al descubierto sus relucientes dientes de color blanco nuclear, me preguntó cómo me llamaba para escudriñar, entre las páginas…
Le château: Black and White (IV)
Lentamente, en el cielo emergía una luz anaranjada. El sol iba reduciendo de tamaño. La tarde se imponía a mi paso por el ilustre y literario pueblo de Lupiac. Aminoré la marcha para contemplar la particular hermosura de aquel lugar antes de que la noche se impusiera y no me permitiera visualizar la atractiva estatua…
Le château: Black and White (III)
«¡C’est la vie…!» me dije a mí misma. Pues de la vida alguna cosa sabía, a pesar de que a ella, a la vida, le doliera que yo supiera de ella. Sin más excusas ni demoras, tomé la decisión de visitar a Julie, expulsando definitivamente al intrusivo y fastidioso aburrimiento que durante unos días se…
Le château: Black and White (II)
Empecé a dar estúpidos giros alrededor de la mesa mientras saboreaba aquel delicado coñac, decidiendo, finalmente, que sería más acertado sentarme para evitar un mareo innecesario, y deslizando mi cuerpo sobre el esponjoso sofá como si fuese una cariñosa tela de seda, quedé en una cómoda posición que me permitió, sin demasiado esfuerzo, encender la…
Le château: Black and White (I)
Últimamente parecía que mi apartamento iba reduciendo de tamaño a causa de mi enlutado aburrimiento. Aquellas cuatro paredes parecían realizar sibilinos e invisibles movimientos tácticos para acortar, mucho más, los precarios metros cuadrados en los que habitaba. Temiendo que, en cualquier momento, pudiera quedar aplastada y emparedada. Para resolver aquella endemoniada situación, recurrí urgentemente, como…