Mundo Imaginado (VI)

20/12/2019 Desactivado Por Anna Val

– Espolvoreó a los cuatro amigos con esencia de hojas secas, convirtiéndose de esta forma en cuatro hojas. Esto les permitió arrastrarse por debajo del gran manto de hojas caducas que cubrían el húmedo suelo.

Finalmente, pudieron llegar a un pequeño orificio por donde se deslizaron.

Llegando al laberinto de raíces.

Al entrar en el laberinto, todos volvieron a tener su aspecto natural.

Pastis y Kly se fundieron en un fuerte abrazo.

– ¡Nunca pensé que volvería a verte, Pastis! – exclamó muy emocionado Kly -.

– ¡Yo tampoco! – le respondió Pastis -.

– Ellos son Murga, Noxi y Tar. También han sufrido los efectos malévolos de la Dama de la Oscuridad – dijo Pastis -.

– Sí, debemos acabar con la malvada Leiana – exclamó Murga -.

– ¡Eso es imposible! – advirtió Kly -.

– No es tan imposible – respondió Noxi -.

– Murga tiene un plan – aclaró Tar -.

– Un plan tan imposible como querer derrotar a Leiana – insistió Pastis -.

– Debemos encontrar a Sel-la y recuperar Mundo Imaginado – dijo Murga -.

– ¿Cómo? – preguntó Kly -.

– ¡Unidos!, todos unidos y sin desfallecer – contestó Murga -.

– Nadie sabe dónde se encuentra la gran sabia Sel-la – se lamentó Kly -.

– ¿¡Nadie!? – gritó una de las raíces -.

– ¡Raíces que hablan! – exclamó sorprendido Tar -.

– ¿Y por qué es extraño que nosotras hablemos? – preguntó indignada Cella -.

– Perdóneme, es la primera vez que oigo hablar a una raíz… – se disculpó Tar -.

– Mmm… ¡Tontuelo! Será porque no prestas atención – le regañó la raíz Ham -.

– Nosotras sabemos quién puede ayudaros a encontrar a Sel-la. Oímos todo lo que sucede en el subsuelo de los valles. ¡Somos infinitas!  – añadieron Cella y Ham -.

– ¿Qué es lo que sabéis? – preguntó ansioso Pastis -.

Las raíces Ham y Cella, les contaron que un mágico pájaro de extravagante plumaje se posó hace unos días en las ramas más altas de la Encina Sabina.

Sabina era un árbol milenario. Muchas eran sus vivencias. En sus ramas habitaban las bellotas científicas, ellas elaboraban fórmulas magistrales para curar todo tipo de males.

Se pasaban los días estudiando e investigando. Ham y Cella siguieron relatando a los cuatro amigos, cómo ellas pudieron oír la conversación que mantuvieron la Encina Sabina y el extraño pájaro, y la contaron:

[CONTINUARÁ…]

Anna Val.